COMUNICADO A LA OPINION PUBLICA
NACIONAL E INTERNACIONAL
Como ya lo hemos dicho y no nos
cansaremos de decirlo, esa insospechada e increíble irrupción de las masas populares
en el escenario de la historia de nuestro país pocas veces vista, lo más
grandioso que hemos podido apreciar en estos días de protestas, marchas y
movilizaciones, es un hecho que no puede menos que despertar nuestra gran
admiración y respeto. Sobre todo, éstas últimas que han sido gigantescas,
rebosantes de optimismo, alegría y espíritu de lucha, pero sin enfrentamientos
violentos, a excepción de algunos pocos provocados por infiltrados de la misma
fuerza pública en unos casos; por grupos de diferentes tendencias que pretenden
forzar a que las grandes masas movilizadas participen en los enfrentamientos, o
simplemente de sectores sociales condenados a la miseria, quienes aprovechan la
oportunidad para generar anarquía y entregarse al pillaje y el saqueo.
Incuestionable e indiscutible
triunfo de las masas trabajadoras y juveniles al haber saltado por encima de
las bandas represivas del Gobierno y sus patronos, obligándolos a retroceder en
sus intentos de golpear aún más los precarios ingresos de los millones de
familias pobres y de la clase media, granjeándose el apoyo internacional de
diferentes sectores sociales, políticos e institucionales.
Como un caudaloso torrente han ido
pasando por encima de todo esto y han ido afirmando su autoridad social,
política y moral; han ido removiendo todos los bloqueos gubernamentales e
institucionales interpuestos, en particular por este Gobierno y sus patronos
(inversionistas extranjeros, grupos financieros internos, industriales, agroindustriales y comerciales)
para no atender sus reclamos ni solucionar sus necesidades, por justos y
respetuosos que estos sean; han desnudado las llagas supurantes de este modelo
neoliberal que ha empobrecido más a los pobres y enriquecido más a ese exiguo
círculo de acaudalados que concentran en su poder la mayor parte de las
riquezas del país, y con toda la frescura, pretenden seguir arruinándonos.
Y en fin, han obligado a que se
unifique un Comité Nacional de Paro de amplia mayoría, dejando a un lado a
quienes han pretendido desconocer su fuerza e imponer sus decisiones
autoritarias; igualmente, están rebasado los prolongados bloqueos que equivocadamente
han interpuesto en vías públicas algunos sectores que también han pretendido
poner toda la movilización popular a su favor y a su servicio.
En reunión de mayo 21 de 2.021 que contó con
la participación de un delegado del CNP, hemos discutido y reafirmado nuestra
posición de continuar apoyando y participando en las protestas y
movilizaciones, tanto las que ha programado el CNP, como las que programemos
local y/o regionalmente; continuar exigiendo de manera respetuosa pero enfática
a los sectores que se encuentran en los bloqueos de vías, la necesidad de
establecer los corredores humanitarios permanentes, sin moverse de los sitios,
si así lo consideran, para que pueda fluir el abastecimiento normal de toda
clase de productos, tanto de primera necesidad, como para la producción,
medicinas, combustibles, etc., para las comunidades urbanas y rurales, e
incluso, para que muchas de ellas puedan participar en las movilizaciones. Es
de mucha importancia y urgencia que los actores de los bloqueos a las vías
comprendan que éstos no han afectado ni están afectando a los grandes grupos
financieros, sino a los pequeños y medianos productores, a los pobres que han
visto como se han disparado los precios, y de manera muy grave, a los que viven
al diario o “informales”, como se los denomina. Es sabido ya que solo en el
Cauca, a 2.020, por efectos de la pandemia, se habían perdido 116.000 empleos,
y ahora se han agregado 30.000 más.
Creemos que esto ya no es solo una
crisis, sino un verdadero drama social que reclama con urgencia, le prestemos
atención. Ningún propósito puede siquiera contribuir a ocultar un drama como
este. El paro, las protestas y las movilizaciones no han estado ni están
dirigidas a agravar aún más la situación social y política de los pobres. Los
bloqueos pueden ser útiles en algunos momentos, pero no pueden terminar
arruinando más a los que ya están arruinados por las políticas neoliberales,
que fueron precisamente el detonante de la protesta popular y las
movilizaciones.
Es de extrema necesidad y urgencia
que en esta semana intensifiquemos las movilizaciones en todas las formas
posibles para exigir que el Gobierno Nacional se siente con el Comité Nacional
de Paro a negociar lo que haya que negociar y a resolver lo que no necesite
negociación, de manera inmediata. Es de extrema necesidad y urgencia que los
participantes en los sitios de bloqueo de vías establezcan los corredores
humanitarios permanentes. “No hay enfermedad que dure 100 años ni cuerpo que la
resista” decían los abuelos. Es necesario que las masas movilizadas puedan
hacer una tregua, retirarse a descansar y recuperar fuerzas porque la lucha no
terminará en las negociaciones.
Como está el escenario de la
economía mundial no hay otra perspectiva distinta a que nos sigan ahorcando,
asfixiando y estrangulando; esto no es asunto de la pandemia como se le ha
querido hacer ver, aunque haya ayudado a agravar las cosas, no es la causante, su
origen está en las entrañas del neoliberalismo y quienes lo han promovido por cuatro décadas. Por eso, el
agravamiento de la situación continuará, y la respuesta de estos gobiernos
neoliberales seguirá siendo la misma: echar el peso de las crisis de todo orden
que padecemos sobre los hombros de las masas trabajadoras, estudiantes, campesinos,
indígenas y de la clase media urbana y rural. Por eso hemos dicho:
¡NO ES SOLO PARO EN LOS QUE ESTAMOS! ¡ESTAMOS EN
MOVILIDAD PERMANENTE!
Popayán, mayo 27 de 2021