SEGUIMOS CON EL MISMO SONSONETE DESGASTADO
QUE LO SUCEDIDO EN ROSAS ES “UNA TRAGEDIA ANUNCIADA”, ¿O NOS ATREVEMOS A
LEVANTARNOS CONTRA LA MALDITA POLITIQUERIA QUE ES LA VERDADERA RESPONSABLE DE
ESTE Y TANTOS DESASTRES MAS?
Terrible.
Sencillamente la tragedia llevada hasta el horror. Esto es lo que nos sucede en
nuestras queridas y amadas tierras del Cauca. El narcotráfico y la violencia de
los grupos armados a él asociados, se pasean por los cuatro costados “como
Pedro por su casa”; las condiciones de pobreza crónica en que se debate la
inmensa mayoría de la población del Depto. son ya insoportables; la
desarticulación, desbertebramiento y desintegración del Cauca en zonas prácticamente
sin conexión de unas con otras, sigue agravándose; los mal llamados conflictos
interétnicos, que más que reales, han sido creados y promovidos por
determinados sectores reaccionarios empotrados en organizaciones indígenas para
justificar sus posiciones racistas y expansionistas, aprovechando la anarquía
reinante y la situación de debilidad política e institucional de unos actores de
la politiquería tradicional y alternativa en ruina porque no pudieron ni
ofrecer y darle salida a los problemas más sentidos, ya cruzó la línea roja
hasta donde se les puede considerar conflicto político y se ha convertido en una
fuerza y posición ideológica que amenaza con hacer estallar las ruinas en que
nos encontramos; la deprimente situación en que se debate la frágil economía
caucana por el impacto de todas esas adversidades y gravada por la incidencia
de la pandemia, de los bloqueos de la panamericana por grupos infiltrados en
las justas protestas sociales de 2.019, 2.021 y de la guerra en Ucrania,
continúa ese fatigoso curso, sin ninguna perspectiva de solución a corto o,
siquiera a mediano plazos.
Y
como si todo lo anterior fuera poco, a estas tragedias ha venido a sumarse el
deslizamiento de grandes masas de capas terrestres superficiales en el
Municipio de Rosas, destruyendo y bloqueando completamente la vía panamericana,
y con ello, la comunicación terrestre del Sur Occidente del país y gran parte
del centro con Ecuador.
Que
este evento esté o no asociado directa o indirectamente a la falla geológica
que cruza el Depto. por ese corredor, no es, en este momento, el problema
central a discutir y no podemos enredarnos en esa discusión, a pesar de la
importancia que reviste; ese es un asunto que se tiene que despejar desde el
punto de vista técnico y científico. Lo que el movimiento económico de la
región y las comunidades necesitan con urgencia, es que se habiliten cuanto
antes, las vías alternas de comunicación terrestre que, como es obvio, han
permanecido y permanecen en estado lamentable. Otra cosa muy distinta es la evaluación
crítica de las responsabilidades políticas de quienes han estado al mando de
las instituciones oficiales y de las decisiones gubernamentales locales,
regionales y nacionales y la manía de utilizar las palabrejas “falla geológica”
por parte de esos mismos actores, o bien para justificar que cuanto derrumbe se
presenta en el país, es ocasionado por “la falla geológica”, o bien para
ocultar la responsabilidad de los mismos, como lo hicieron en el vecino
Municipio de La Sierra. Por eso, no basta con ir a solidarizarse con los
damnificados en los albergues y promover la recolección de alimentos y otros
elementos que ellos necesitan. Con toda la importancia que estas formas de
solidaridad revisten, es necesario hacer conciencia que, ante muchos de estos
desastres, que ya se sabía que podían suceder, no se tuvieron en cuenta las
recomendaciones y soluciones formuladas, por la simple y llana
irresponsabilidad de la politiquería con que se ha gobernado el país y en
especial, el Cauca, amén de la ausencia de mecanismos efectivos de control
ciudadano y de la pasividad general que ha reinado, cuando se trata de resolver
problemas que van más allá de los beneficios grupales, sectoriales y
clientelares.
Es
sabido hasta la saciedad en el Cauca que, hace 44 años, fueron entregados al
Gobierno nacional de entonces, los diseños para la construcción de la variante, por parte
de la firma Pablo Emilio Bravo, de reconocida trayectoria e idoneidad
profesional en esta especialidad del diseño de vías, y mucho antes existía la
conciencia de que no había más alternativa que desviarse al llegar a la
población de Timbío hacia el lado de El Tambo, bajar al corregimiento de
Quilcasé (El Tambo), para conectarse nuevamente con la panamericana después de
la población de El Bordo, porque el tramo desde el corregimiento de Párraga
(Rosas) hasta el corregimiento de El Ensenillo (Timbío), continuamente presentó
daños en la banca, algunos pequeños hundimientos y deslizamientos. Fueron ingentes
los recursos que demandaron los arreglos de la vía en ese tramo para mantenerla
en condiciones de transpirabilidad. Con la introducción de los tractocamiones,
el problema se agravó, precisamente por la inestabilidad de los terrenos asociada
a la falla, lo cual convenció a los ingenieros civiles de que no había
alternativa distinta a la de salvar ese tramo con la variante que propusieron
en el momento.
Y
aún más. No solo en el Cauca, sino en el país y hasta en el exterior, es
conocido hasta la saciedad, la vulnerabilidad de esta como la única vía de
comunicación terrestre del Sur Occidente y con Ecuador, por los continuos taponamientos,
en algunos casos, por organizaciones campesinas, pero principalmente por parte
de algunos sectores de una de las organizaciones indígenas que aquí existen,
con todos los traumatismos que esto ha causado a la precaria economía caucana.
Sin embargo, hasta hoy no ha sido posible que se aboque en serio la
construcción de esa variante, y menos la búsqueda y realización de la
integración vial del Depto. que ayudaría a romper esa dependencia convertida ya
en negocio para unos y fatalidad para toda la región y para la inmensa mayoría
de la población.
Además
de las pérdidas en animales y cultivos en las parcelas de las familias
afectadas, el tiempo en que tendrán que permanecer cesantes, los traumatismos
sicológicos y morales ocasionados a estas familias, los costos de la
reubicación de las mismas, ¿a cuantos miles de millones ascenderán las pérdidas
por la interrupción del transporte, en especial, el de carga pesada, la
adecuación de algunas vías alternas que debe hacerse cuanto antes?, ¿cuánto
tiempo se extenderá, no la rehabilitación de la vía por ese sitio porque eso ya
es imposible, sino la construcción de la variante?, y ¿cuánto será el costo de
la misma? ¿Todo esto se pudo haber prevenido y evitado? ¡¡¡Claro que sí!!! La prevención ya estaba formula, puesto que se
sabía que la única solución era hacer la variante. Pero ésta fue engavetada y
en vez de evitar la tragedia, llegó lo que ya conocemos.
Ahora,
después de este desastre, ¿cómo y de qué manera pretenden justificarse la
caterva de parlamentarios caucanos con sus asesores, tanto de los tradicionales
como alternativos y hasta de los de “izquierda” que han desfilado por la
pantalla de los cajeros de los Bancos, recibiendo los voluminosos fajos de
billetes? ¿Cómo y de qué manera intentarán justificarse la chorrera de altos
funcionarios del Estado como Ministros de Transporte, de Comercio, de Agricultura
y otras Instituciones gubernamentales que tienen que ver más directamente con
la prevención de lo que allí ha ocurrido? ¿Cómo y de qué manera pretenderán
justificarse Gobernadores y Alcaldes del Sur Occidente colombiano, algunos de
los cuales continuaron en la caterva de parlamentarios y otros andan haciendo
cola para ir a ella, cuando no hicieron más que dedicarse a la baja tarea de
alimentar las pequeñas clientelas con el propósito de escalar a más altos
cargos, sin importarles para nada los tantos y tan graves problemas que, de
manera recurrente, han afectado al Cauca?
Lo
que ha sucedido en Rosas no es tanto el efecto causado por la falla geológica o
consecuencia de la ola invernal intensificada por el cambio climático que ha
contribuido a desestabilizar aún más las capas terrestres superficiales. Lo que
ha sucedido, con todas las consecuencias que de ello se derivan, es el
producto, el resultado de la irresponsabilidad y los estragos causados por esa
plaga endémica de la politiquería, pero de esa politiquería miserable, mezquina
y paupérrima, porque todo el país ha estado plagado de lo mismo, pero en otras
regiones han sabido sacarle provecho, no solo como grupos y familias, sino de
una manera más social y colectiva.
Desde
el momento en que se conoció la propuesta de la variante, los politiqueros
principalmente de El Bordo, Rosas y Timbío, pusieron el grito en el cielo,
diciendo que se los iba a dejar aislados e iniciaron las “gestiones” ante los
gamonales de Popayán, y con éstos, ante “los jefes naturales” de los partidos
tradicionales en Bogotá, para oponerse a la solución planteada, todo esto
contando desde luego, con el silencio, complicidad, tolerancia y pasividad de los
demás sectores sociales y políticos del Cauca, porque aquí no ha existido ni
existe, aún hoy, conciencia colectiva de región, sino de grupos y familias, al
estilo de las épocas doradas del feudalismo.
Alguien
decía que toda gran crisis o, aunque sea un rompimiento brusco de la normalidad
(decimos nosotros), obliga a que salga a la superficie todo lo ruin y mezquino
que se oculta tras los floridos discursos, la charlatanería y palabrería huera,
sean estos del carácter y la tonalidad que sean, o a que brote el espíritu
humanitario, solidario, de ayuda y colaboración a quienes padecen las
inclemencias de los desastres naturales o sociales. Ahora, quienes han tenido
que ver con estos hechos desde esa maldita politiquería, se esconden, huyen o
agazapados guardan silencio. Otros que pretenden copar los espacios que han
dejado la politiquería tradicional y alternativa, saltan al ruedo haciendo
actividades que rayan ya en lo puramente delincuencial. Nos referimos en este
caso, a lo que hicieron cabildos indígenas yanaconas de La Sierra (C),
asociados al Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), que salieron a poner y
cobrar peajes por la variante Rosas-La Sierra-Piedrasentada, en un momento tan
crítico como este; actitud que contrasta totalmente con la asumida por los
campesinos en estos trayectos, los cuales han expresado su solidaridad con los
viajeros afectados por el derrumbe.
Y
para colmo de los colmos, el Ministro de Transporte acaba de denunciar que
estos sectores indígenas se oponen a la construcción de la variante que tanto
tiempo ha sido encaletada y aplazada por la acción de la politiquería. Esto ya
es sencillamente inaceptable e intolerable. Simple y llanamente el 97.5% de la
población colombiana que somos los mestizos, blancos y negros, tenemos que
doblegar el espinazo y someternos sin chistar nada a lo que le dé la gana hacer
a cualquiera de estos grupos, parapetados en “el Derecho Mayor”, la “Ley de
Origen” y “los Derechos ancestrales”. Y
decimos esto de manera explícita y con toda la fuerza, la convicción y la
autoridad que nos concede el haber sido actores de “primera línea” (como se
dice ahora), en el movimiento indígena desde la década de los años 70 del siglo
XX y el seguir acompañando hasta hoy, a algunas comunidades en su lucha por su
reconstrucción económica, social y cultural, claro está, que con otra política
completamente distinta a esa.
Y para
que quede aún más explícito, desde aquí, le expresamos nuestro reconocimiento a
la Senadora Aida Quilcué por su gesto al ir hasta los albergues de los
damnificados a expresarles su solidaridad, no exento de clientelismo electoral
tal vez, pero al fin y al cabo un gesto que merece la atención, y eso marca
diferencia. Jamás se nos ha ocurrido culpar a las comunidades indígenas de
estos comportamientos reprobables. Para nosotros está fuera de toda duda que en
el CRIC se mueven diferentes grupos y fuerzas con intereses distintos, pero que
algunos de estos, han venido adoptando posiciones ideológicas, políticas y
prácticas etnocentristas, reaccionarias, revanchistas y racistas, sumamente
peligrosas en este momento de tanta debilidad del Movimiento Político
Revolucionario y del movimiento social y popular en general.
Siempre
hemos sostenido y dicho con claridad que esos desmanes son responsabilidad
política y penal de algunas personas, grupos y sectores asociados la CRIC.
Penal porque el desalojo violento mediante la fuerza a una comunidad misak en
Caldono e incendiarles una escuela, es un delito, aquí y en la cochinchina
(como reza el proverbio popular), y ante lo cual, la justicia depravada que
tenemos no hizo nada. Pero no es ese el único hecho delincuencial que han
cometido. Ya es larga la lista de desmanes, atropellos y delitos que vienen
cometiendo estos grupos y personas, con la complicidad y pasividad de la gran
mayoría de sectores populares del pueblo colombiano, porque supuestamente son
“hermanos luchadores”.
A
quienes han sostenido que estos son “hermanos luchadores”, que el CRIC es “una
organización hermana”, que las demás organizaciones indígenas “son electoreras
y politiqueras”, como si el CRIC no hubiera hecho politiquería y electorerismo
de la peor especie, y a quienes se inventaron el cuento, según el cual, había
que adoptar “una posición neutral frente al CRIC” en el momento más álgido en
que estaban cometiendo delitos contra un grupo de comuneros misak en Caldono,
les preguntamos ahora: ¿De qué les ha servido a ustedes mismos la bonachona y bondadosa
actitud política de considerarlos “hermanos luchadores” y la de reclamar
“neutralidad” con ese tipo de sectores y sus actuaciones? Por supuesto que, al
mismo movimiento indígena, a los campesinos, a los docentes que vienen siendo
atropellados y muchos otros sectores que han sido y siguen siendo víctimas de
estas conductas, lo que han recibido son enormes perjuicios, decepciones, muertos,
heridos y cicatrices físicas, sicológicas y políticas muy difíciles de sanar. A
ese tipo de revanchismos y comportamientos racistas agresivos, no queda más
remedio que enfrentarlos, organizando la lucha política en todos los sectores
sociales del pueblo colombiano, estén directamente afectados o no.
Con
respecto al desastre en Rosas planteamos:
1) Es indispensable y urgente concentrarse en este momento,
no solo en habilitar las vías alternas para resolver, aunque sea parcialmente,
el problema del transporte terrestre, sino principalmente, acometer el
mejoramiento de las mismas, en especial las de Piedrasentada- Los Uvos- Santa
Bárbara- Altamira- La Sierra; la de La Depresión- La Sierra, y la de
Piedrasentada- Quilcacé- El Tambo, puesto que la construcción de la variante
demorará un buen tiempo.
2) Es superurgente poner a funcionar los buques de la armada
nacional para aliviar, por lo menos, el abastecimiento de combustible entre
Buenaventura-Tumaco-Pasto. En este caso en particular, imaginémonos todo lo que
serviría la comunicación vial terrestre Guapi-Popayán. E imaginémonos todo lo
que serviría la comunicación vial terrestre entre San Pablo (Nariño)-Florencia
(Cauca)-San Lorenzo (Bolívar)-Bolívar-Almaguer-La Vega; la vía Popayán-Santa Rosa-Piamonte-Mocoa
(Putumayo).
3) Es absolutamente necesario el control por parte del
Gobierno nacional, del transporte aéreo Bogotá-Pasto, Cali-Popayán-Pasto, a
sabiendas de los abusos que estaban cometiendo las aerolíneas en el cobro de
tiquetes.
4) Y definitivamente hay que acometer cuanto antes, la
construcción de la variante. Pero aquí queremos llamar la atención. Hay que definir
con claridad y de acuerdo a la situación de emergencia, si se acomete como
construcción de la doble calzada, o de una sola, mientras se sale de la
emergencia. Luego, con más calma, se definirá si la doble calzada puede ser
construida por ese mismo corredor.
5) Consideramos de suma importancia la solidaridad social y
la atención oficial que se está haciendo a las familias damnificadas. Sin
embargo, su permanencia en los albergues no puede prolongarse mucho tiempo. Por
ello, es necesario que el Gobierno nacional y las entidades oficiales que
tienen que ver con el asunto, agilicen al máximo, la reubicación de las mismas,
en las mejores condiciones posibles para que puedan recuperarse y emprender su
nueva vida.
6) Creemos que es necesaria la declaratoria de Emergencia
Económica, Ecológica y Ambiental, herramienta jurídica y política que permite
la apropiación rápida de presupuestos y recursos para agilizar los trámites y
acciones gubernamentales de atención a la situación que, ya de por sí, es muy
delicada y puede agravarse aún más.
Por último, nos preguntamos nosotros y le extendemos la
pregunta a la inmensa mayoría de caucanos: ¿Cuantos desastres más de estos
necesitaremos para que nos atrevamos a sacudirnos y deshacernos de la mugre y
de los escombros de la politiquería y de los abusos de cuanto granuja se le
ocurre pisotearnos?
Marino Ausecha Cerón
Especial para El
Faro Social
Popayán, enero 20 de 2.023
Nota. Cuando ya
habíamos terminado la redacción del presente escrito, recibimos, vía redes, un
audio de un periodista de BLU Radio, en el que se hace una severa denuncia
sobre el mismo tema de los estragos de la politiquería en el Cauca con respecto
a lo sucedido en Rosas y la construcción de la variante. Lo planteado allí, es
mucho más contundente que lo que estamos expresando nosotros. Solo que el
periodista se queda en el asunto específico de la variante. En cambio, nosotros
que miramos las cosas desde dentro, tenemos que tratar de abarcar toda la compleja
situación y las diferentes fuerzas que se mueven.