EL 1° DE MAYO Y EL PORVENIR NOS
PERTENECEN. RETOMEMOS SU CONMEMORACION COMO NUESTROS Y COMO DEBE SER.
El 1° DE MAYO, como Día Internacional de la clase obrera, es una de las más
preciadas herencias que nos han legado sus héroes y mártires en sus luchas y
batallas por la consecución de la liberación de la explotación económica,
opresión política y degradación a que nos ha conducido hoy el sistema
imperialista mundial, en su modalidad neoliberal actual, pero que, pese a todo,
jamás renunciaremos a ella. Herencia que nos fuera anunciada ya por la heroica
Comuna de Paris en 1.871, durante la cual, los obreros de París y de Francia,
“tomaron el cielo por asalto” e instauraron su poder que, a pesar de su corta
duración, pudo mostrar toda la potencialidad que reside en ella, su fuerza y
capacidad para crear otra sociedad muy superior al infierno del sistema
capitalista.
Adoptada inicialmente como decisión
de realizar una gran manifestación con carácter local de la Clase Obrera en el
Congreso de la Federación Americana del Trabajo en San Luis, Estados Unidos, en
diciembre de 1.888, en memoria de los mártires de Chicago, condenados a la pena
de muerte y ejecutados por el gobierno norteamericano por haber promovido la
Huelga por la rebaja de la jornada de trabajo a las 8 horas, vigentes hasta
ahora, e instaurada inmediatamente después, como día internacional de la clase
obrera, en el Congreso Inaugural de la II Internacional de la Clase Obrera en
Paris en 1.889 y que comenzaría a conmemorarse a partir del 1° DE MAYO de
1.890. El espíritu que le
imprimieron los dirigentes de la Clase Obrera en su momento y con el cual debía
comenzar a celebrarse, fue el de que este ACTO UNICO E INESPERADO por el momento
en que se decidía conmemorarlo y por su carácter de clase, debía ser
independiente de los Partidos Políticos (fuesen estos de extrema derecha, de
derecha, moderados y/o reformistas) y de
los Estados burgueses, de credos religiosos e internacional, porque al menos
intuitivamente, la clase obrera procuraba que fuera un motivo de unidad del
proletariado internacional y no un factor de dispersión y fraccionamientos.
Refrendada por la Revolución Socialista de Octubre en Rusia en 1.917 y los
imperecederos aportes posteriores a las experiencias prácticas de construcción
del Sistema Socialista en la Unión Soviética; por la gigantesca y apoteósica
resistencia de la Unión Soviética contra el nazi-fascismo, aberrante engendro
de una brutal fuerza ultrarreaccionaria que intentó borrar todo intento
revolucionario de la faz de la historia de la humanidad y su fulgurante
derrota; por los procesos de Liberación Nacional del colonialismo en Europa,
Asia, África, América Latina y Oceanía que el capitalismo y los sectores
burgueses imperialistas optaron por conservar y mantener para garantizar el
saqueo y explotación a los pueblos colonizados a partir de fines del siglo XIX
y comienzos del XX; por las Revoluciones Democrático-Populares triunfantes que,
de acuerdo a sus condiciones propias, iniciaron la construcción del Socialismo,
y por todos los aportes al desarrollo político y cultural que acompañaron el
devenir del siglo XX, como un período histórico de formidables conquistas de la
Clase Obrera.
Conquistas que fueran destruidas, no solo por la gran presión externa con
características agresivas, violentas y subversivas especialmente contra la
Unión Soviética, sino principalmente por los enemigos internos que,
paradójicamente y gracias a la devastadora ofensiva en la II Guerra Mundial que
le imprimieron las fuerzas nazi-fascistas ultrareaccionarias, les permitió
renovar su camuflaje dentro de los Partidos de la Clase Obrera y de los
procesos en construcción; experiencias éstas que los revolucionarios conscientes
debemos estudiar, comprender y analizarlas, no solo como simples hechos
pasados, sino principalmente en las terribles consecuencias negativas que
trajeron y de las cuales no hemos podido salir; con el mismo rigor, debemos
desarrollar nuestro conocimiento crítico y científico de las condiciones
económicas, políticas y sociales en que nos toca vivir y actuar hoy; asumir la
correspondiente posición crítica y autocrítica, así seamos muy pocos y tengamos
muchas debilidades, porque no tenemos más alternativa que esforzarnos por
reconocer y aceptar que la destrucción del Sistema Socialista en construcción,
del Movimiento de Liberación Nacional y Social y de la inmensa mayoría de
Partidos y fuerzas políticas revolucionarias en el mundo entero, fue una gigantesca derrota para la clase
obrera y a sus esfuerzos de construcción del Sistema Socialista, única
alternativa a la degradación y barbarie del capitalismo imperialista neoliberal
que estamos viendo con nuestros propios ojos.
Capitalismo imperialista neoliberal y su globalización que, en estos 50
años de haber sido impuestos, han demostrado hasta la saciedad la imposibilidad
e incapacidad para resolver los dramáticos problemas que aquejan a la humanidad
entera. Prometió traer la prosperidad para todos, pero lo que constatamos cada
día con mayor preocupación es la escandalosa concentración de la riqueza, tanto
en los pocos países más ricos, como en cada país, en las élites dueñas del
capital y las riquezas, y con ello, la pauperización de legiones humanas, la
inestabilidad y la informalidad en el trabajo, las huestes humanas que huyen
hacia donde precisamente no está la solución al hambre y la pobreza. Prometió
traer la paz y el fin de todos los conflictos y guerras, pero lo que estamos
presenciando es la exacerbación extrema de las guerras locales y la amenaza de
otra gran conflagración mundial. Prometió una vida más feliz y placentera en el
planeta, pero lo que vemos son los desastres del calentamiento global
intensificado y agravado por la feroz competencia entre grupos imperialistas,
en la que hay que consumir ingentes cantidades de energías contaminantes para
poder sostener el consumo, el despilfarro y la permanencia del capital, su
reproducción y su existencia. Han prometido, desde antes de imponerse el actual
modelo, acabar con el hambre en el mundo, sin embargo, lo que todos los días
constatamos, es que los hambrientos crecen sin que lo quieran ni puedan evitar.
Y frente a esa desgarradora e inocultable realidad, los cínicos
usufructuarios de la miseria humana, los políticos a su servicio y los
mercaderes de la muerte, lo único que nos ofrecen son las prédicas de aves
agoreras, místicos augures y/o de alucinantes profetas vaticinando el “fin de
la historia y de las ideologías”, del “fracaso del socialismo”, de que en esta
sociedad posmoderna del neoliberalismo “se acabaron las clases sociales” y por
supuesto “la lucha de clases”, que ya “la revolución no tiene razón de ser”
porque la globalización con sus milagros resuelve todos los problemas habidos y
por haber sin necesidad de conflictos; de religiones salvadoras de todos los
olores y sabores, no importa cuales sean los Dioses a los cuales hay que adorar
y pedirles piedad, lo importante es que “los desheredados de la fortuna”
mantengan la creencia en que la salvación y la felicidad no se consiguen aquí
en este mundo, sino “en el otro”; nos ofrecen toda clase de combinaciones,
mezclas, revolturas y revoltijos como soluciones políticas que van desde los
regímenes teocráticos ultraderechistas, populismos a la carta, democracias
“nuevas” que no tocan ni modifican en nada las instituciones del capital, del
Estado y gobiernos burgueses, pero sí agitan propuestas de redención social y
retórica “anti-imperialista” contra unos imperialistas en particular, mientras
hacen todo lo posible por meterse dentro del paraguas de otros imperialistas; y
por supuesto, nos ofrecen toda la “información verídica” que necesitemos de
todas las maravillas hechas con la ciencia y las tecnologías de última
generación, listas para el consumo y nuestra comodidad, sin que nos preocupemos
por el efectivo, pues el dinero plástico lo resuelve todo rápido y fácil; nos
ofrecen a domicilio en todos los barrios y localidades la dosis personal para
adultos y para infantes en los colegios; nos ofrecen trabajos con altas
remuneraciones en el exterior, pero una vez puestos los pies en el avión,
quedarás atrapado en las redes de trata de personas para la prostitución, la
esclavización posmoderna, o para engrosar filas al lado de otros mercenarios.
Estas son algunas de las tantas “maravillas” más evidentes, conocidas y
publicitadas que nos han traído el modelo neoliberal y su globalización. En
esta frenética carrera por acumular bienes, fuerza de trabajo y posibilidades
de más acumulación pretendiendo salvarse de la catástrofe, los capitalistas en
particular y el capital global, no pueden detenerse; por eso, lo que con tanto
frenesí tratan de evitar, inevitablemente los acerca al abismo. Ese destino
trágico lo lleva el capitalismo en sus entrañas, sea de la modalidad que sea. Y
este sistema en su modalidad neoliberal actual y su globalización, aunque no lo
quiera y por más que trate de evitarlo, de esa tumba está muy acerca. Si no ha sido enterrado ya por sus
sepultureros naturales, es porque esa gran derrota que sufrió la clase obrera
con la destrucción de los avances del Sistema Socialista, sus conquistas y el
despojo de su conciencia revolucionaria y sus herramientas de lucha más
esenciales como son la organización política y social, la dejaron sumida en un
gran desconcierto, confusión, desconfianza y pérdida de credibilidad en sus
propias fuerzas, capacidades y en estado de indefensión por muchos años, descenso
del que, aún no hemos podido reponernos.
Por todo esto, la propuesta en la que hemos insistido de RETOMAR LA
CONMEMORACIÓN DE ESTE 1° DE MAYO DE 2.023 DE MANERA DIFERENTE, tiene como uno
de sus objetivos más importantes, el de poner sobre el tapete, sobre el
escenario, la zozobra que estamos viviendo los caucanos por la violencia que se
pasea a sus anchas por todo el Departamento, la situación de inseguridad
existente agravada por la pandemia y el cierre de la vía panamericana en Rosas,
la presión a que están siendo sometidos los trabajadores de la UTEN y los
usuarios de servicios públicos, procesos productivos y de organización social
campesinos sometidos al asedio y amedrentamiento, la matanza de líderes
sociales y tantas otras tropelías que soportamos a diario. Lo importante en
este caso, repetimos, no es salir en marchas a competir entre las mismas organizaciones
populares, o suponiendo que se unifiquen algunos sectores, simplemente a gritar
consignas pasadas de moda que para nada motivan a la gente, mientras ayudamos a
ocultarle los graves problemas que ella vive.
Y para colmo de lo que ya está colmado, la decisión del Gobierno de Gustavo
Petro en primer lugar, de convocar en este 1° DE MAYO a movilizarse en su
apoyo, y en segundo lugar de la exigua minoría de la burocracia sindical
nacional y local de salir a “celebrarlo” en apoyo a Petro, constituye un
monumental error histórico por muchas razones que, desafortunadamente aquí, no
podemos exponer porque nos extenderíamos demasiado. Con ello, lo que están
haciendo es facilitarles el camino y las acciones, no solo al uribismo, sino a
todas las fuerzas políticas de derecha, pues lo concreto es que estos ya
midieron con mucha precisión, la fuerza política real del Pacto Histórico, en
especial, para movilizar sectores políticos y sociales en su respaldo, y su
capacidad técnica y administrativa. Saben muy bien donde están sus debilidades
y por eso vienen demostrado que ellos sí tienen respaldo, opinión, capacidad de
movilización, proponen y hacen lo que proponen.
Nada más engañoso para Petro que acudir al respaldo de las supuestas
centrales que no representan más que a una exigua minoría de la burocracia
sindical. Más del 70% de la clase obrera está por fuera de esas personerías
jurídicas que existen y más del 60% deambula en la informalidad, sin
organización sindical. Una alta proporción de esa clase obrera sin
organización, votó por la propuesta política del Pacto Histórico y a lo mejor,
muchos de ellos siguen esperando que el Pacto los represente. Sin embargo, lo que estamos constatando es
que, en este caso y muchos más, el Gobierno de Petro camina como el cangrejo:
del triunfo del Pacto Histórico al monumental Error Histórico. Con el agravante
que las fuerzas de derecha todas y muy amplios márgenes de opinión en general
saben y sabemos lo dudoso, oscuro y preocupante del comportamiento de ciertos
sectores del Pacto Histórico convertidos, a la sombra del Gobierno Petro, en
los nuevos mandarines que hacen y deshacen por todas partes.
Otra cosa muy diferente es proponer, promover y participar en la
movilización política y social para exigir la aprobación, ejecución y
desarrollo de las reformas que están planteadas y que el país las necesita,
pero de manera independiente, mejorando y modificando algunas de ellas como la
laboral y la pensional. Por lo menos estas dos reformas no consultan ni tienen
en cuenta la realidad y la profundidad de los cambios en las relaciones
laborales que impuso el modelo neoliberal y su globalización actuales. La
Señora Ministra del Trabajo cree de manera muy simplista que, con esas
reformas, puede regresar a las relaciones laborales del modelo económico
anterior, el cual la amamantó a ella en la burocracia sindical. Es en lo que
hemos estado insistiendo y seguiremos insistiendo desde EL FARO SOCIAL, que a
la movilización política y social sí, pero de manera independiente del Gobierno
Petro y sobre todo del Pacto Histórico.
Por nuestra parte, las actividades que seguiremos realizado en adelante en
torno a conmemorar el 1° DE MAYO de manera diferente e independiente, estarán
dirigidas, en primer lugar, a rescatar, recuperar y crear conciencia de su
valor histórico universal, sin desgajarlo o desligarlo del contexto en que
estamos y de la lucha por la solución de los graves problemas económicos,
políticos y sociales que tenemos ahora; y, en segundo lugar, a motivar,
incentivar y fortalecer el estudio, análisis y el debate crítico y autocrítico
de la realidad en que estamos actuando ahora. Nuestro propósito, repetimos, no
es trenzarnos en competencias ni con la Iglesia católica que, al menos en lo
local, domina completamente la celebración de este día, ni con lo que hagan las
exiguas minorías de la burocracia sindical, ni menos con lo que pretenden hacer
desde el Pacto Histórico de utilizar esa fecha para mostrar respaldo popular al
Gobierno. Nuestra propuesta tiene otro sentido: el de reconstruir todos los procesos y las armas de lucha de la clase
obrera, remover todos los escombros que nos ahogan y reponernos de las
tragedias a las que nos llevaron los enemigos de clase abiertos unos y
encubiertos otros. En ese sentido, no es otra celebración más con el mismo
estilo y defectos viejos, ni únicamente para un momento como éste; va para
largo y para muchos años. En ese transcurso, será la Historia la que juzgará lo
que hagamos o dejemos de hacer. Por eso, para hacer lo que estamos haciendo hoy
y lo que hagamos mañana, no le pedimos ni le pediremos permiso a nadie. Ninguna
persona, grupo u organización política o social, puede abrogarse el derecho de
prohibirnos que lo hagamos u ordenarnos qué es lo que tenemos que hacer y qué
no. Así lo determinaron los representantes de la clase obrera ante el Congreso
Inaugural de la II Internacional de la clase obrera en París en 1.889, mucho
más genuinos que los de ahora por amplísima mayoría. Y ese legado lo cumplimos
y cumpliremos con fidelidad y a cabalidad.
Fraternalmente
Presidencia y Junta Directiva
EL FARO SOCIAL CAUCA
Popayán, abril 30 de 2.023